Capítulo 12

IA, EL MAESTRO HUMBERTO “TURRON” ÁLVAREZ

por José Saúl Velásquez Restrepo

 

NACIONAL CAMPEON 1954


LOS PUROS CRIOLLOS (LA NATILLERA)

  

13 de junio de 1929 – Nace en Medellín
Humberto Álvarez, apodado “Turrón” llega al mundo en la capital antioqueña.
Inicia su carrera con Atlético Municipal, equipo que luego se convertiría en Atlético Nacional, siendo parte de la primera generación del fútbol profesional colombiano.
Como mediocampista creativo y líder nato, es pieza clave en la conquista del primer campeonato profesional de Nacional, dejando una huella imborrable en la historia del club.
Humberto Álvarez, apodado “Turrón” por su carácter firme y su dulzura en el trato, llega al mundo en la capital antioqueña.

Línea de Tiempo del Maestro

13 de junio de 1929 – Nace en Medellín
Humberto Álvarez, apodado “Turrón” por su carácter firme y su dulzura en el trato, llega al mundo en la capital antioqueña.

Finales de la década de 1940 – Debut profesional
Inicia su carrera con Atlético Municipal, equipo que luego se convertiría en Atlético Nacional, siendo parte de la primera generación del fútbol profesional colombiano.

1954 – Primer título para Nacional
Como mediocampista creativo y líder nato, es pieza clave en la conquista del primer campeonato profesional de Nacional, dejando una huella imborrable en la historia del club.

1957 – Sudamericano en Lima
Representa a Colombia en el Campeonato Sudamericano, mostrando su talento ante las potencias del continente.

1958 – El salvador de Nacional
Lidera la llamada “natillera”, campaña solidaria que permitió salvar a Nacional de una grave crisis financiera.

1960 – Paso por Deportivo Cali
Juega una temporada en el Deportivo Cali, demostrando que su calidad trasciende colores y regiones.

1961 – Últimos pasos como jugador
Cierra su carrera en Independiente Medellín, consolidándose como una de las pocas figuras que brillaron con los dos grandes del fútbol antioqueño.

Anécdota dorada – El elogio de Di Stéfano
Alfredo Di Stéfano, mito del Real Madrid, llegó a decir en Europa: “En Colombia hay uno mejor que yo, y le dicen Turrón”. Palabras que dimensionan su grandeza.

9 de junio de 2019 – Adiós al maestro
Fallece en Medellín a los 89 años, dejando un legado de fútbol elegante, lealtad a su tierra y una inspiración que trasciende generaciones 

Humberto “Turrón” Álvarez: el maestro que Encantó al Fútbol Colombiano dejando un legado de fútbol elegante, lealtad a su tierra y una inspiración que trasciende generaciones.

En carácter de presidente de Difútbol, tuve el honor de invitar al Dr. Gabriel Ochoa Uribe —gran conocedor del fútbol mundial y, por supuesto, del colombiano— para dictar una conferencia en un curso de técnicos en Medellín. Aceptó amablemente.
Acompañado por Ramiro Monsalve lo recibí en el aeropuerto de Rionegro. Apenas nos encontramos, y rápidamente la conversación giró, como era de esperarse, hacia el fútbol. No pude evitar preguntarle:
Doctor, de todos los futbolistas colombianos, ¿cuál ha sido el mejor? Sin vacilar, respondió: 
Turrón Álvarez fue un futbolista fuera de serie.
Me recordó que en los partidos internacionales amistosos de Millonarios lo llamaban para reforzar la nómina, porque su talento era garantía de espectáculo.
Respeto y admiración de sus contemporáneos: en una crónica de don Carlos Serna (q.e.p.d.), lo coloca en un pedestal, comparándolo con las grandes figuras que le tocó ver. En El Colombiano, después del famoso 7-2 de un sábado nocturno, insinuaron: “como para hacerle un monumento”. Hernán Peláez escribió: “nació fuera de tiempo”, y Fernando Paternóster afirmaba que, si pudiera, lo compraría para verlo jugar en el patio de su casa. Rodrigo Fonnegra decía que “descuadraba una defensa con la sola mirada”, y Mario Agudelo fue uno de sus grandes admiradores.
Gabriel Muñoz López, el inolvidable narrador del empate contra Rusia en Chile, también lo tiene claro:
—Para mí, el mejor jugador que vi en los estadios de Colombia fue Humberto “Turrón” Álvarez. Nunca abandonó Medellín, aun recibiendo ofertas de Millonarios, Deportivo Cali y clubes internacionales. Millos lo quiso varias veces, pero solo logró tenerlo en calidad de préstamo.
Talento, carácter y liderazgo: el historiador Guillermo Ruiz lo describió como: “Inteligente para mostrarse a sus compañeros, hábil y recursivo en la gambeta, talentoso, creador, con gran panorama para pasar al mejor ubicado: un crack”.
No vivió de la gloria, pero la disfrutó. Jugó en Nacional e Independiente Medellín, y estuvo en los planes de equipos de Italia, España y Brasil. Los profesionales de su época lo tenían como estandarte: con la cabeza levantada, sin complejos, con calidad, manejo de ambas piernas, buen cabezazo, dominio de balón, temperamento y mentalidad ganadora. Tenía facilidad para alternar juego corto y largo, y una elegancia “muy suya”. Dentro y fuera de la cancha, era un líder.
El profesor Hugo Gallego Villa, en su Manifiesto Futbolístico, resalta su talento para asistir mágicamente, su habilidad con la gambeta y su inteligencia para jugar y hacer jugar. Recuerda también la célebre frase de Di Stéfano: “Hay uno mejor que yo, y juega en Colombia”. Para Gallego, “Turrón Álvarez era completico: inteligencia, talento, técnica, habilidad y carácter para hacerse respetar. Tenía todos los méritos para ser el primer futbolista colombiano de talla mundial”.

Mi experiencia con el Maestro: tuve la fortuna de comenzar a jugar bajo su dirección en el Millonarios de la categoría infantil, patrocinado por el club capitalino y dirigido por el Dr. Gabriel Ochoa. Después me llevó al Vicuña-DIM, hasta llegar a las reservas del equipo profesional y disputar un torneo de Dimayor. Así lo conocí y aprendí a comprenderlo. Sí, tenía mal genio… ¡pero qué calidad de persona!
Era creyente y respetuoso de Dios; enseñaba con alegría; amplio, claro, concreto y directo. Altivo, con presentación impecable, estricto, cumplidor, buen amigo y consejero. Muchas de esas virtudes las aprendí de él. Ya retirado del fútbol y con una rodilla lesionada, jugaba con nosotros en los entrenamientos… y se “sobraba”, ¡jugando con una sola pierna!

Legado eterno: Humberto “Turrón” Álvarez fue mucho más que un futbolista: fue un referente, un maestro y un hombre íntegro. El cariño y respeto que le profesan quienes lo conocieron es el mejor monumento que se le puede erigir. Su nombre está inscrito en la memoria viva del fútbol colombiano, como ejemplo de talento, lealtad y grandeza.

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